Personajes Alfonso Diez |
Conocí a Luis Mariano en la pantalla de
cine y lo escuché cantar por primera vez cuando tenía alrededor de diez años de
edad. La película era “Violetas Imperiales”, en la que compartía el primer
crédito con Carmen Sevilla. Nunca olvidé esa maravillosa voz de tenor y de ahí
en adelante se convertiría en uno de mis más admirados cantantes, hasta la
fecha, a pesar de que nunca lo volví a ver en escena.
Pero esta historia, que pretende ser un
homenaje a 39 años de su muerte (que se conmemoran el 14 de julio), no
solamente trata acerca de Luis Mariano, sino de la fantástica trama que se teje
alrededor de los personajes reales de “Violetas Imperiales” y la relación con
Eugenia de Montijo, Goya, la duquesa de Alba y Alfonso Diez.
Los
primeros pasos
El verdadero nombre del tenor era Mariano
Eusebio González y García. Nació en Irún, provincia vascongada española, el 13
de agosto de 1914, aunque para evitar que lo enrolaran en el ejército durante
la Guerra Civil Española, su madre cambió la fecha de su nacimiento a 1920
(Fuente: Wikipedia).
Cruzó el Río Bidasoa y se afincó en
Hendaya, Francia, y de ahí se fue a estudiar canto al Conservatorio de Burdeos;
en 1941 se preparó en París, con el tenor y maestro de canto Michel Fontécha.
En 1943 debutó en la ópera (otra fuente
señala 1944), en el Palacio Chaillot de París, contratado por Max de Rieux para
el papel de Ernesto, de “Don Pasquale”, pero su primer gran éxito llegaría con
la opereta “La Bella de Cádiz”, que representó en el Teatro Chatelet el 24 de
diciembre de 1945. Al año siguiente filmó su primer película, “La Carga
Clandestina”.
Gracias a la mancuerna que hizo con el
compositor vasco Francis López saltó a la fama. En el teatro representó “El
Cantante de México”, en 1951, en la que incluía canciones como México,
Acapulco, Ruiseñor y Maitechu. Debido a este papel, en Francia creían que
efectivamente era mexicano, aunque luego sería nombrado como “El Príncipe de la
Opereta”. Al año siguiente llegaría la película que lo dio a conocer
internacionalmente, “Violetas Imperiales”.
Visitó México motivado por Gloria Lasso y
fue recibido como un ídolo. Cantaba con frecuencia canciones mexicanas (que
llevó a los discos) y paseó por diversos países su entusiasmo y cariño por esta
nación.
Entre 1946 y 1958 representó 15 papeles,
divididos entre operetas y películas musicales, entre las primeras: Cuatro Días
en París, A Jamaica, El Príncipe de Madrid, La Bella de Cádiz y La Carabela de
Oro (las tres últimas también películas); y entre las segundas: Carga
Clandestina, Historia del Cantar, Violetas Imperiales, El Aventurero de
Sevilla, El Sueño de Andalucía, Milagro de París, Sérénade en Texas y
Tsarevitch. Por cierto, en El Príncipe de Madrid (1967) interpretaba el papel
del pintor Francisco de Goya y Lucientes, a quien nos referiremos más adelante.
Violetas
Imperiales, fantasía y realidad
En esta película, Carmen Sevilla hace el
papel de una violetera (Violeta) que predice a Eugenia de Montijo que será
emperatriz de Francia. Cuando ésta se casa con Napoleón III y se cumple la
predicción se lleva a Violeta a vivir con ella. Juan de Ayala (Luis Mariano),
el primo de Eugenia, se enamora de Violeta y le canta dos canciones espléndidas:
“Violetas Imperiales” y “Un Poco Más”.
En la vida real, la hermana de Eugenia de
Montijo era María Francisca Portocarrero Palafox y Kirkpatrick, XV duquesa de
Alba, y una de sus antecesoras, la XIII duquesa de Alba, se convirtió en
leyenda por dos razones; la primera, que fue la cara (Y tal vez el cuerpo, que
algunos atribuyen a Pepita Tudó) de una de las pinturas más famosas de Goya,
“La Maja Desnuda”; y la segunda, que se ha tejido una historia de suspenso en
torno a su muerte (a los 40 años de edad). Antonio Larreta, en su libro
Volavérunt, dice que fue envenenada. Bigas Luna hizo una película basada en el
libro de Larreta con el mismo nombre, que en México se conoce como “La Maja
Desnuda”, con Penélope Cruz en el papel de Pepita Tudó y Aitana Sánchez-Gijón
en el de la duquesa de Alba.
En la actualidad, la XVIII duquesa de
Alba, María del Rosario Cayetana Alfonsa Victoria Eugenia Fitz-James Stuart y
de Silva vive en Madrid, en el Palacio de Liria, el mismo al que llegaba
Eugenia de Montijo durante sus visitas a esta ciudad. Este palacio está ubicado
en el centro de la capital española en un área de 3,500 metros cuadrados.
Cayetana es la jefa de la Casa de Alba y
cuenta con una fortuna mayor a la de los reyes de España. Tiene 6 hijos, la
menor es la única mujer, Eugenia Martínez de Irujo.
Aprovecho para referirme a un caso que
toca mi persona de manera sesgada: A raíz de que se publicó hace unos meses en
la revista Hola el noviazgo de la duquesa de Alba con Alfonso Diez (con las
correspondientes cabeza y foto de portada), recibí mucha correspondencia por
medio del correo electrónico en la que me felicitaban y/o me preguntaban si yo
era “el afortunado” y ahora aclaro, como lo hice respondiendo a los que me
escribieron (lo que agradezco): No soy el Alfonso Diez, novio de la duquesa,
del que han hecho diversos reportajes en Hola.
Por cierto, volviendo a Eugenia de
Montijo, murió en Madrid a las 8:30 de la mañana del 11 de julio de 1920, a los
94 años de edad, víctima de un ataque de uremia; nació en Granada el 5 de mayo
de 1826 y cuando estaba casada con Napoleón III fue una de las que apoyaron la
invasión francesa a México, con Maximiliano como emperador. El único hijo de
Eugenia y Luis Napoleón Bonaparte fue asesinado por los zulúes en Sudáfrica, en
1872. El emperador fue destituido y los tres yacen en la cripta imperial de la
familia.
La
muerte de Luis Mariano
Volvamos con el Príncipe de la Opereta.
¿Cómo veo en la actualidad a Luis Mariano?: Tengo todos sus discos y lo
considero el cantante con una de las voces más bellas que he escuchado, junto a
Mario Lanza, Franco Corelli y Alfredo Kraus. En España, El Corte Inglés tiene
fama de ser la tienda departamental mejor surtida, donde se consigue todo,
incluidas las versiones en DVD de una gran cantidad de películas españolas.
Busqué ahí, en Madrid, “Violetas Imperiales” y/o alguna otra película de las
pocas que hizo Luis Mariano, pero no encontré ninguna. Tengo su interpretación
cantada de “La Carabela de Oro” (que tiene una letra bellísima), pero no he podido
tampoco conseguir la película.
Fue el primero en vender un millón de
copias de un solo disco, grabó 480 canciones y vendió un total cercano a los 10
millones de discos. El Club de los Marianistas llegó a tener 40 mil miembros.
Se decía que era homosexual, pero dos
testimonios indican lo contrario:
Gloria Lasso, que grabó con Luis Mariano
varios duetos, incluido el gran éxito que fue “Canastos”, dice en su
autobiografía que el cantante le confesó que estaba enamorado de Carmen
Sevilla, pero que no le quería decir nada a ella porque temía que lo rechazara.
Gloria le preguntó el motivo y el le enseñó: tenía un pene muy pequeño. Ella lo
incitó a revelarle el secreto a Carmen, pero éste nunca lo hizo.
El chofer de Luis Mariano, por su parte,
declaró años después de la muerte del cantante que el gran amor del tenor fue
Carmen Sevilla y que su gran ilusión era casarse con ella, pero nunca se lo
dijo.
Enfermo y cansado, se retiró de los
escenarios el 11 de mayo de 1970 y murió dos meses después, el 14 de julio; curiosamente,
cuando se celebraba el 181 aniversario de la Toma de la Bastilla y del inicio
de la Revolución Francesa. Sufrió una hemorragia cerebral en el Hospital de la Salpetrière,
en París, y sus restos fueron sepultados lo más cerca posible de España, en el
país vasco francés, en el cementerio de Arcangues. El alcalde de esta ciudad
hizo construir un estacionamiento para 500 automóviles al lado del panteón, con
el cupo suficiente para la gran cantidad de admiradores que visitan su tumba
todos los días.
En Arcangues tenía una casa a la que le puso el nombre de “Mariano’ko-etxea”, que significa simplemente “La casa de Luis Mariano”. Y en la fachada posterior de la misma mandó escribir esta leyenda: “Sólo el final es el que cuenta”. |